Lugar: Hotel Selenium, Side Antalya, Turquía
Llegas a el después de haber recibido un paquete pequeño con un elemento y unas instrucciones, el elemento no es más que una cajita que contiene un auricular y una tarjeta de habitación del Selenium. Abres las instrucciones y lees: “Acude al hotel con este auricular puesto y sigue las instrucciones sin pretender saber quien las da.”
Llegas al hotel y al comenzar a subir los peldaños de acceso notas como te dan la bienvenida en tu oído: Buenas tardes X, entra usted como una señora en este hotel y… saldrá en unas horas convertida en una Sra. PUTA, si quiere abandonar ahora es el momento. Si acaba de pasar la barrera que supone la recepción, entenderé q este viaje es de su agrado. Bien, me alegra su decisión. Continúe hasta la habitación 132, que como bien recuerda esta en mitad del pasillo.Introduzca la llave y penetre en la habitación. Acceda al cuarto de baño y coja la vela y el antifaz que están dentro. NO CIERRE LA PUERTA DE LA HABITACIÓN y acérquese al sillón y coloque la vela en el suelo a medio metro suya en la perpendicular a su sexo… Como ve, será la única luz existente. Seguidamente coloque se el antifaz. No verá nada. Solo oirá mis órdenes. ¿Qué siente?
Se encuentra a semi oscuras mirando hacia fuera de una habitación con la puerta abierta y con los ojos tapados… Cualquiera puede entrar, una o varias personas… Abra las piernas todo lo más que le permita el sillón. Recorra simultáneamente con ambas manos el camino desde cada tobillo a las ingles.
Sin prisa. No hay prisa. Ahora por la parte exterior de las piernas. Uy… Nota cierto ruido en el pasillo, una pareja parece ser… Vienen formando un gran escándalo de risas y cuchicheos. Como no recibes otra orden tienes que seguir con tu labor. Notas como la pareja esta cerca de la puerta de la habitación. De repente silencio. No sabes que ha pasado. Oyes como la mujer llama la atención al hombre sobre que pasa dentro de tu habitación…
Mujer sola y acariciándose, mientras una vela la ilumina… El hombre le dice que por qué no entran. La mujer no quiere, le parece extraño y le da miedo y morbo a la vez… En ese momento, te ordenan apoyar las piernas sobre los brazos del sillón para aumentar la apertura e intensificar el masaje ya solo desde rodillas a ingles. Cuando escuchas ya los pasos sobre el frío suelo, aparece una tercera voz. Te es conocida y la escuchas a la vez por el auricular. Es otro hombre se dirige de forma tajante a la pareja y les indica con asertividad que continúen el camino a su habitación. Parece que el se va con ellos porque dejas de oírlo cuando vuelve a darte órdenes,la primera que te desprendas de tus pantalones. Él es El Amo.
Estas a ciegas y de cara a la puerta. Tras desprenderte de esa prenda escuchas un ruido que te es familiar pero no acabas de identificar. Ahora te pide continuar desprendiendote del jersey dejando solo la blusa de seda, seguidamente y casi sin tiempo te indica que introduzcas tus dedos en la boca y los llenes de saliva. Ahora parte desde el ombligo hasta el cierre del sujetador, todo bajo la blusa y quítatelo.
Tus pezones notan la frialdad de la seda, mójate los dedos de nuevo y masajealos. Desde fuera. Sin que haya contacto piel con piel. En este punto vuelves a oír el ruido anterior.
Crees que sabes qué es. El sonido de las viejas cámaras réflex… te están fotografiando. Tu excitación sube. De repente escuchas el sonido de las ruedas de un carrito de servicio de hsbitaciones… Antes de llegar a tu cuarto escuchas de nuevo por duplicado la voz, le indica a esa persona que entre en la habitación y deje el carrito tras el sillón. Te sientes observada. Has oído como quien llevaba el carrito tenía ciertas dudas al descubrir la escena: Mujer semidesnuda, con una camisa mojada a la altura de los pezones y las piernas más que abiertas.
Notas como la habitación comienza a oler a sexo. El tuyo. Recibes otra indicación. Abrir la blusa y colocar la prenda abierta solo sujeta por los pezones, sin levantarte del sillón tienes que quitarte las braguitas. Los clicks cada vez son más frecuentes. Estás loca por tocarte. Notas como comienzas a mojar el sillón. Aún no puedes, no te ha dado permiso El Amo.
Notas pisadas, alguien se coloca tras de ti. No recibes órdenes hasta q una mano lleva tu cabeza para atrás hasta el máximo posible por el sillón y te dice que comiences a tocarte. Sin mover la cabeza notas en tu frente algo suave te acaban de poner al alcance de tu lengua unos testículos cuyo olor te es familiar. Te dicen que te masturbes al mismo ritmo que usas la lengua. En ese proceso estas cuando notas unos elementos metálicos en tus pezones, esa sorpresa te hace caer en que no has oído el ruido del cierre de la puerta.
Te sabes protagonista de un espectáculo digno de ser una señora puta.
De esta reflexión te saca un jalón de la cadena que une ambos pezones, mezcla de dolor y placer. Tus jadeos aumentan la sensación de poder de quien recibe tus lametazos. Estas al límite. El que tu crees que tienes. En ese momento tu amo te deja libre la boca y tira de ti usando esa cadena. Caminas hacia la puerta aún ciega por el antifaz y tras colocarse a tu espalda te hace tocar con piernas y manos los marcos de la puerta. Eres una X. Sin piedad y sin preparación previa te empala analmente. Estás en el pasillo de un hotel siendo penetrada sin piedad.
En ese momento crees haber superado tu límite cuando notas que algo toca tu vagina, una segunda verga te penetra. Vas a ser fruto de una doble penetración. Comienzas a temblar…
La situación te supera, están más que coordinados, parecen una sola persona… Doña X, va a llegar al mejor orgasmo de su vida. Comienzan los temblores… Ellos también están al límite a la par todos explotan, cayendo todos exhaustos. Sin embargo no ha acabado aquí… Cuando estas en el suelo, aún con palpitaciones, aparece una vieja conocida que lleva su boca a tus orificios, cual manantiales y absorbe su contenido. Succiona. Tras eso te abre la boca con ambas manos y te devuelve el jugo que tan hábilmente extrajiste de esos hombres, dejándote que tragues mientas ella te masturba y con una mano y con otra te quita el antifaz. Cierran la puerta y…
Lo siguiente será contado en otro relato, si es que así lo demandan los y las lectoras.
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