Relatos eróticos Marqueze. El Sexo que te gusta leer.

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Ese chico del chat

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Mi vulva estaba a mil, caliente y deseosa de sentir aquel miembro, me coloqué de cuclillas y me la metí a la boca. Él recostado gemía y me decía que quería más, que se la chupara toda, me excitó sentirla dentro de mi boca, mojado, caliente, resbalándose entre mis labios, se me escapaban los gemidos al sentirlo tan excitado, disminuía el movimiento y aceleraba con cada gemido.
Alberto y yo nos conocimos en el chat, él de Tampico, y yo de Oaxaca, El separado y yo casada con 2 niñas de por medio. Soy médica general, de estatura baja 1.50, tez morena clara, delgada y bien formada a pesar de las 2 cesáreas. Después de 3 meses de conversar en el chat, decidimos conocernos, yo nunca habia sido infiel, para mí sería la primera experiencia, realmente lo deseaba tanto, por curiosidad o por lo que sea, pero lo deseaba.

Decidimos encontrarnos en una ciudad intermedia, ese día un 06 de noviembre, lo esperé en el aeropuerto, hasta ese momento no lo conocía personalmente, ahí estaba él, alto, moreno, ojos verdes, me encantó… Sabía que con él la pasaría bien. Yo vestía una blusa con escote pronunciado al frente y un pantalón blanco.

El primer encuentro fue muy lindo, nos dimos un tenue beso en la mejilla, un abrazo nervioso, y unas cuantas palabras… me da gusto conocerte. Subimos al taxi, nerviosos aún, yo le tomé la mano y le dije que me encantaba saber que no solo era una pequeña pantalla fría, fuimos al hotel a dejar las maletas… Yo ya estaba hospedada ahí.

Ahí estábamos los dos solos, de frente, nerviosos, excitados… Nos acercamos para besarnos, un beso pasional, encendido, furioso, tocando nuestras lenguas, comiéndonos, casi sin decir palabras, las miradas decían todo, sentí sus manos recorrer nervioso mi espalda, recorría mis senos por encima de mi ropa, me deslizó la blusa y comenzó a chupar mis pezones, tiró de mi bras, y me lo quitó por completo.

Yo deslizaba mis manos por sus brazos, recorriéndolos suavemente, sentí su erección pegar en mi abdomen, bajé mi mano y acaricié su pene, tan duro y caliente, tan rico, caímos sobre la cama, me quité el pantalón, traía una tanga azul, él me retiró esa prenda, con un solo movimiento, casi arrancándola de mis piernas…

Se quitó el pantalón y la camisa que llevaba puestos, por primera vez vi su erección, tan perfecta, pero la sensación en ese momento fue realmente tan intensa que no se acercaba nada ni siquiera a mi primera relación sexual hacia años ya…

Me acosté de espaldas a él, él sobre mí, lamiendo mi cuello, chupándome los hombros, masajeando mis senos, recorriéndome y haciéndome sentir en el cielo, ummmm, cuanto deseo volver a él… sentí su pene entre mis nalgas, mi vulva estaba a mil, escurriendo líquidos, caliente y muy deseosa de sentir aquel miembro… me coloqué de cuclillas y me la metí a la boca.

Él recostado gemía y me decía que quería más, que se la chupara toda, me excitó sentirla dentro de mi boca, mojado, caliente, resbalándose entre mis labios, ummmm, se me escapaban los gemidos al sentirlo tan excitado, disminuía el movimiento y aceleraba con cada gemido.

Él me levantó y me llevó a una silla ahí sentada sobre él, me dejé caer sobre su pene de un solo golpe, ummmm, aquella sensación fue exquisita, comencé a moverme sobre él, primero despacio, cabalgando sobre él, aumentando el ritmo, mientras él succionaba furioso mis pezones calientes y muy erectos, con sus manos me tenía sujeta de los glúteos, controlando el ritmo, deslizando sus dedos por detrás y llegando a la entrada de mi vagina tocando su propio pene en cada penetración.

Eso me ponía a mil… sentí ese orgasmo que me sacudió, esa sensación exquisita, que me hizo gemir con fuerza, tardó unos segundos…

Cuando terminé él me colocó sentada sobre el tocador, con el espejo detrás, tiró de mis glúteos y me lo encajó con fuerza, y empezó su frenético movimiento,  mientras me arqueaba para sentirlo más dentro de mi, mordiendo él mis pezones me hacía sentir oleadas de placer.

Me bajó y me colocó de espaldas a él, con las piernas semi abiertas y reclinada de frente al espejo, él detrás pegado a mí, empujándolo con fuerza, recorriendo una y otra vez todo mi cuerpo, pasando su lengua por mi cuello y espalda, me volvía loca… mmmmm…diciéndome lo rica y apretada que estaba, lo rico de probarnos por fin…

Después de  todo ese tiempo deseándonos, y fantaseando con ese momento, recuerdo bien sus manos bajando hasta mi vulva tocando mi escaso vello en esa zona mientras él me penetraba con movimientos más rápidos y fuertes, en ese momento sentí sus gemidos más intensos, diciéndome al oído, ahí te va, quieres sentirme todo completo, ahí te va mi leche caliente…

En ese momento lo sentí…lo sentí intenso dentro de mí  (aún que tenía el condón puesto).  Ahí nos quedamos exhaustos, nos recostamos en la cama, nos abrazamos y besamos…

Es totalmente real, así pasó… ese día aprovechamos la única noche que teníamos para nosotros… volvimos a hacerlo en 2 ocasiones más…pero ya les comentaré después.

De eso ya hace un año, seguimos siendo amigos lejanos, nos vemos en el chat frecuentemente, pero aún tenemos otro encuentro pendiente…

Un saludo…

Autora: Médica General
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