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Fin de semana entre compañeros (III)

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Y sigue con lo que estaba haciendo, chuparme los huevos mientras me hace una paja lenta pero constante. Yo ya no tenía ninguna duda de que íbamos a echar otro polvo a continuación así que la recogí el pelo para que no le molestara en su tarea. Se la mete otra vez en la boca y ahora soy ya quien le marca el ritmo con mis manos, con una la empujo hacia abajo y con la otra la tiro suavemente del pelo hacia arriba cuando quiero que suba. Seguimos así un par de minutos hasta que mi polla recupera toda su erección y la digo que se suba encima de mí, se pone a horcajadas encima mío y como yo ya casi estoy sentado quedamos frente a frente, ella se levanta un poco más y sin tocarla con las manos se pone mi capullo en la entrada de su vagina, me mira fijamente y se deja caer suavemente metiéndose mi polla con toda facilidad. Tiene el coño súper mojado listo para un nuevo asalto y eso hace que me excite más aún. Levanta sus piernas y las pone a mis costados, se queda sujeta con el trípode que forman sus piernas y mi polla hundida en ella. Meto mis manos por debajo de su culo y la levanto unos centímetros dejándola caer de nuevo, repito la operación y Sandra comprende rápidamente lo que quiero hacer así que deja su cuerpo basculando sobre sus rodillas mientras hago brazos con ella subiéndola y bajándola. Se agarra a mi cuello con las dos manos mientras abre la boca como para decir algo pero se queda así disfrutando de la follada mientras nuestros gemidos inundan de nuevo el sótano de Luis. Se para un momento metiéndose mi polla hasta el fondo para moverse solamente adelante y atrás. Saco mis manos de debajo de su culo y le acaricio las tetas mientras sigue con su vaivén cada vez más acelerado. Se para nuevamente y nos besamos mientras sigo tocándole esas tetas tan deliciosas que tiene. Me suelta del cuello y echa el cuerpo para atrás apoyando sus manos en la cama a la altura de mis rodillas dejando delante de mí una visión increíble de mi polla clavada en su coño, sus labios vaginales húmedos de sus flujos, su clítoris hinchado de placer y sus tetas ahora fuera del alcance de mis manos y de mi boca.
Me mira con cara de lujuria y empieza a moverse nuevamente arriba y abajo, puedo llegar a ver como mi capullo casi se sale completamente de su lubricado coño para inmediatamente después volver a desaparecer en su interior. Yo ayudo a que no se salga empujando ligeramente mi tronco con una mano y con la otra masturbando a Sandra que poco a poco va aumentando el ritmo de sus caderas hasta que estalla en un nuevo orgasmo que le hace temblar todo el cuerpo durante unos segundos hasta que se deja caer de espaldas entre mis piernas completamente exhausta.
Al dejarse caer se sale mi polla de su coño salpicándonos a los dos de sus jugos recién liberados. Me acerco a ella y le limpio con la lengua y la boca todos los restos y subo a besarla. –Date la vuelta que todavía no hemos terminado, le digo al oído al mismo tiempo que le restriego mi polla por el clítoris. Me da un beso y se da la vuelta obediente con una sonrisa en los labios. Me pongo de rodillas, pongo mi capullo en la entrada de su vagina y se la voy metiendo lentamente, recreándome en cada centímetro que le introduzco. Me había imaginado muchas veces follarla de esa manera y al fin había conseguido mi propósito sin contar los otros dos polvazos que ya habíamos echado y los que nos quedaban por echar. Estuve unos minutos admirando su culo al mismo tiempo que la follaba en esa postura hasta que noté que no me quedaba mucho para correrme otra vez. Me tumbé encima de Sandra mientras la seguía bombeando
–Donde puedo correrme ahora? Le pregunté
-Te toca elegir a ti, yo elegí antes me contestó entre gemidos
-Date la vuelta entonces

Se dio la vuelta y yo me quedé de rodillas encima de ella pasándole mi polla por las tetas y haciéndome un pajote para correrme en ellas. Sandra no perdió tiempo y se puso a pajearse esperando mi corrida
-Que ganas tenia de verte haciendo eso, me dijo mirándome a los ojos
Eso ya fue demasiado y solté toda mi carga en sus tetas con alguna gota que le salpicó en la cara y en el cuello. Cuando terminé me la agarró con sus manos y me la limpió completamente chupando los restos que se habían quedado en ella.
Estábamos los dos agotados después de la sesión doble así que después de un paso por el baño para asearnos nos acostamos desnudos en el sofá cama y caímos rendidos al poco rato

¿Continuara?


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