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MI ESPOSA Y SU PRIMER SEXO ORAL A UN DESCONOCIDO (REAL)

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La verdad es que no sé cómo comenzar esta experiencia, que por cierto fue real, aún estoy perturbado ya que fue tan excitante como trasgresora. Trataré de ordenar las ideas y ser lo más detallado posible. Antes de relatar los hechos debo aclarar que somos un matrimonio chileno de 38 y 34 años, con hijos y siete años de casados, ambos profesionales con buen pasar económico. Yo soy un tipo normal, caucásico debido a mis antepasados europeos, de 1.76, contextura media. Mi esposa es blanca de lindas facciones, cabello castaño, bajita de 1,52 pero de una figura que llama la atención de los hombres, ya que tiene grandes pechos (pezones de areolas grandes y rozadas), linda cintura, culito bien formado y unas piernas bien torneadas que cuando usa mini y escote deja babeando a muchos hombres en la calle, lo cual me calienta mucho. Debo mencionar que para llegar a incursionar en un trío oral hubo toda una experimentación sexual previa que no estaba dirigida a un encuentro con terceros, si no que más bien eran solo fantasías de una pareja que se lleva muy bien en la cama. Para estas fantasías utilizamos juguetes, como consoladores realísticos, para simular que ella practica sexo oral en un trío. También fantaseamos con que yo soy un vecino o un desconocido que la posee con sus rudos amigos. Cuando estos juegos elevan su excitación al máximo, ella me monta, poniendo su lindo culito en posición para ser penetrada por mis dedos y dar rienda suelta a la fantasía de ser fornicada por su vagina y ano a la vez. Debo aclarar que a ella no le agrada mucho el sexo anal, debido a que se queja de las proporciones de mi pene, que aun sin ser de enormes proporciones me dificulta penetrar su pequeño orificio, es por esto que ella prefiere que le introduzca uno o a lo más dos dedos en su culo. Estos juegos se han vuelto recurrentes en nuestra vida sexual y un fetiche para ambos ya que eleva mucho nuestro potencial sexual. No hay nada más calentón que escuchar a tu mujer gemir de placer y pedir que todos los machos le den por todos los orificios y se corran en su cara y sus tetas, esto la lleva tener unos orgasmos explosivos. Expuesto lo anterior relataré nuestro encuentro casual con un tercero. Fue un caluroso día sábado de enero, dejaríamos a los niños con mi cuñado y su esposa, iríamos a comer a un sushi bar de Plaza Ñuñoa y luego ir a bailar a una disco. Durante el día le había pedido a mi esposa que fuera vestida de forma calentona, que mostrara y resaltara lo más posible sus curvas, que cuando llegara de ir a dejar a los niños debía verse ojalá casi como putita. De vuelta, me encontré con una esposa vestida muy al límite de lo socialmente aceptado; una polera extremadamente escotada, que dejaban ver la mitad de sus tetas, sujetadas por unos sostenes negros que dejaban ver el nacimiento de sus pezones, se había puesto un mini negra extremadamente corta y ajustada, la cual usaba sólo para nuestras fantasías caseras, unas sandalias de terraplén pero altas en el talón que estilizó la figura y resaltaban su culito, había maquillado sus labios de color muy rojo. Tenía un aire de actriz porno de los 70`s, lo que me dejó realmente caliente, pero a su vez asustado, ya que una cosa es vestirse en privado así y otra muy distinta es salir de carrete con tu esposa vestida de prostituta. Pensé que tal vez era mucho para la ocasión y que debía recatarse un poco, que algún conocido la podría reconocer, no se vería bien una ingeniera de bataclana en la calle. Como ven, estaba dudoso pero caliente. Todo comenzó a tomar otro cariz cuando me pidió que revisara su conchita, lo que dijo subiéndose la mini dejando al aire su sexo absolutamente afeitado, mis bolas cosquillearon y mi pene se abultó rápidamente. Subió una pierna a un sillín y me acerqué a revisar, moví sus labios vaginales para un lado y otro revisando que no hubiese ningún pelo, abrí también sus cachetes por si había alguno pero también había pasado la afeitadora por ahí. Su conchita se veía como la de una quinceañera y exudaba un excitante aroma, quise besar su rendija pero ella no me lo permitió, me dijo que después tendría tiempo para explorar. A esa altura mi pene me molestaba en el pantalón ya que estaba extremadamente caliente. Le pedí que se pusiera una tanga que me encanta, es de tiritas delgadas e hilo dental, por delante es un triángulo de color cebra muy pequeño. Cuando se la colocó me preguntó si se vería al sentarse, le dije que se sentara, lo cual hizo pero con las piernas cruzadas, le dije que no se veía nada, mentí, se veía a un kilómetro el triángulo de color blanco y negro, luego bajó la pierna para ver si se veía, tuve que tragar saliva, no solo se veía el calzón, también se podía ver su pelada concha separada por el hilo dental negro…le respondí: no se ve nada quédate tranquila, ella dudosa y con cara pícara me dijo ¿seguro?. La verdad es que estuve a punto de abortar la salida, ya era mucho, una cosa es vestirse de puta, otra muy diferente es mostrar la concha en público. Pero luego pensé, solo será por esta noche, si no lo hacemos me arrepentiré de por vida, es solo un juego. Hasta ese momento ella se veía muy segura, el inseguro era yo, estábamos llevando nuestra intimidad hacia fuera de estas cuatro paredes y eso me tenía muy dudoso, pero a su vez muy caliente. Una vez en el auto nos dirigimos a la Plaza Ñuñoa, en el camino no podía evitar mirar a mi esposa, su escote se veía increíble, ese buen par de tetas redonditas me tenían a full, pero lo que me tenía vuelto loco era su entrepierna, la mini era tan corta que no alcanzaba a cubrir su pequeño calzoncito, incluso se podía ver su monte de Venus absolutamente rapado. Estacionamos en el subterráneo en el cual no había muchos autos, nos bajamos no sin antes besar ese abultado escote. Caminando hacia el ascensor me fui unos pasos atrás, quería ver a mi esposa en todo su esplendor, su piernas se veían espectaculares y su culito moviéndose de un lado para otro me tenía hipnotizado, la falda era muy corta, si se agachaba un poco se le verían sus redondos cachetes y probablemente su desnuda rajita. Ya en la calle nos fuimos tomados de la mano, estaba algo más fresco, se estaba terminando de oscurecer, por lo que ese sector de restoranes y bares no estaba muy concurrido. Estábamos en la luz roja esperando cruzar, cuando un taxista se detuvo frente a nosotros y se quedó mirando a mi esposa con una cara muy morbosa, luego le tiró un beso muy sonoro y le dijo que estaba muy rica. Yo en ese momento me puse tenso y le grité “sigue trabajando feo culiao”. El tipo me miró y soltó una carcajada para luego decir “¿cuánto te costo la maraca?” y aceleró. Ella me pidió que me calmara y yo quedé emputecido. La miré y le dije, no ves que fue mucho, estás mostrándote toda en la calle. Cruzando la avenida me dijo apretando mi mano que era solo mía. Llegamos al sushi bar, yo aún estaba ofuscado, en el lugar no había mucha gente, de hecho casi nadie. Ella quería estar en la terraza con vista a la calle, pero no se lo permití, no quería pasar la misma rabia. Entramos, ella de mala gana accedió y nos sentamos en un rincón alejados de un par de parejas, me volvió a pedir que me calmara, que al fin y al cabo fui yo el que pidió que se vistiera así. Ella tenía razón, pensé que no valía la pena seguir dándole vuelta al percance, era nuestra noche y había que pasarlo bien. El lugar era agradable, no muy iluminado, con mesitas y sillones de cuero de colores negro, blanco y rojo. Atendían garzones jóvenes, a nosotros nos tocó un muchacho moreno de buena apariencia y muy educado. Nos ofreció la carta y nos dio algunas sugerencias. Pedimos un menú para dos, un tequila margarita para ella y una cerveza para mí. Bajé la botella de un par de sorbos, lo que me relajó y me hizo volver a estar caliente, recordé la entrepierna rasurada de mi esposa y que en la posición en que estaba podía verse su calzoncito y tal vez parte de su concha, eso me provocó una poderosa erección. El muchacho cuando trajo los sushi no quitaba la vista de las tetas de mi esposa, nos sonreía pero volvía su vista al escote. Ella lo notó ya que le coqueteó con la mirada, eso me gustó, no era lo mismo que con el taxista, acá nosotros controlábamos la situación. Luego de un tequila margarita más para ella y un ron para mí nuestra calentura era evidente, nos pusimos a besar enroscando nuestras lenguas, mis manos estaban en la cintura de ella pero teniendo contacto con la parte baja de sus tetas. Mi pene estaba que reventaba y sentía que la punta se mojaba con fluido pre seminal. Mi esposa estaba con las dos piernas abajo, por lo que pensé que debía verse su calzoncito y sus labios vaginales. Miré alrededor por si alguien miraba, ahí estaba el garzón mirándonos de reojo, haciendo que limpiaba el mesón del bar. Seguí besándola apasionadamente, pero ahora mi mano estaba descaradamente tocando sus tetas, ella no decía nada, pero su rápida respiración me decía que estaba caliente. Ella me dijo al oído “parece que quieres hacer un show al garzón”, lo miré de reojo y él bajó la mirada. Lo tienes caliente, ves cómo te mira el pendejo, ella responde que sí. Le pedí que entreabriera las piernas para que viera sus calzones, mi intensión era que viera su almejita rasurada. Ella accedió dándome un jugoso beso, desde mi posición podía ver el color cebra, pero también uno de sus labios vaginales asomado tímidamente. El muchacho se agachó un poco para ver mejor el espectáculo, yo miré alrededor por si había alguien más viéndonos, como nadie más miraba dirigí mi mano a su concha y comencé a descubrirla completamente, ella me dijo que me estaba pasando de la raya, eso me hizo aterrizar y calmarme ya que habíamos ido ya muy lejos. Jamás pensé que podíamos estar en esa situación, a lo más en fantasías o en algunas pajas furtivas, pero esto era la realidad y se nos podía salir de control. Yo a esta altura me encontraba excitadísimo, en lo único que pensaba era en culeármela donde fuese. Mi esposa fue al baño a arreglarse y acomodar sus ropas mientras yo pedí la cuenta, el muchacho casi ni me miró, se notaba nervioso o incómodo, le dejé una muy buena propia. Una vez fuera del restaurant, le pedí a mi esposa que se fuera unos metros más adelante para mirarla, ella me pidió que por favor no hiciera ninguna escena se celos, le dije que fuera tranquila meneando su culo. Me fui varios metros detrás, el barrio estaba ahora con mucha más gente, algunas mujeres que se fijaban en mi esposa balbuceaban cosas y reían, probablemente hablando de cómo estaba vestida. Hombres jóvenes y otros no tanto la quedaban mirando calentones, otros se daban vuelta a mirarle el trasero, mientras yo estaba caliente con la escena. Cuando subimos al auto yo estaba que reventaba, no sentía ningún pudor, el estacionamiento estaba casi lleno de autos y algunas parejas pasaban cerca de nosotros. Dudé en encender el auto y sentí que mi esposa me miraba con duda, observé por el retrovisor, unos tipos pasaban a lo lejos, me decidí, saqué rápidamente mi miembro endurecido y le dije que me la chupara, que no aguantaba más, ella miró a todos lados agarrándomela y me pidió que le avisara si venía alguien, luego se agachó a darme una feroz mamada. Sentía que era la mejor chupada de mi vida, el lugar era excitante y mi esposa estaba muy puta. Mis huevos estaban que reventaban, sabía que no duraría mucho, necesitaba aliviarlos. Ella emitía unos gemidos suaves y decía que estaba muy rica y dura, se puso con las rodillas en su asiento, lo que dejaba su culo casi totalmente al aire, los agarré, sobe, les di de palmadas, acaricié su ano, pensé que si llegaba el tipo del auto de al lado, se llevaría un espectáculo infartante al ver ese tremendo trasero y su rajita casi a la altura de la ventana. Me calentó la idea de que nos vieran en el auto mientras me la chupaba. Ella sorbía ruidosamente mi pedazo de carne y masajeaba las bolas cargadas. Sentí que era inevitable soltar los chorros, le dije que fuera suave, que ya me venía, a lo que ella respondió que le diera toda la leche. Miré por el retrovisor por si había gente y con un gemido ronco comencé a descargar semen en abundancia en la boca de mi puta, la que gemía a cada descarga en su boca. Cuando acabé completamente le pegué una fuerte nalgada y le dije que era una verdadera puta chupa penes. Ella se alzó y me miró con una excitante cara de caliente, tenía semen en la cara y un largo y espeso chorro en su pelo, entreabrió su boca, la cual estaba llena de semen, la cerró y tragó todo, con sus dedos se ayudó a arrastrar los restos de su cara a la boca, luego nos dimos un caliente y mojado beso, después eché mi cabeza hacia atrás exhausto, viendo por el espejo lateral que una pareja de adultos mayores pasaba lentamente por detrás de nosotros mirandonos, tenían una cierta cara de sorpresa, yo sonreí pero no le dije nada a mi putita. Mientras ella se limpiaba el pelo con un pañuelo yo pensaba en donde ir, aún era muy temprano para ir a bailar, además yo seguía caliente y muy probablemente mi esposa también. Ella me preguntó si nos iríamos a la disco ahora, a lo que respondí que era temprano y si le parecía ir a un Drive In, ella rió y me preguntó si yo seguía caliente, a lo que respondí afirmativamente, ¿y tú? Le pregunté, ella dándome un beso me dijo: mucho. Hacía tiempo que no visitábamos uno de esos lugares, había uno que visitábamos regularmente cuando éramos pololos y que se llamaba Drive In Sarao en Las Condes, pero fue lamentablemente cerrado. Cuando no teníamos mucha plata pero sí un auto, estos sitios servían para tener sexo sin que te molesten, además de beber algo. A nosotros siempre nos ha calentado tener sexo en el auto, tal vez no sea cómodo pero sí es muy excitante. Ahora nos dirigíamos a uno que queda en Avenida Vicuña Mackenna, el servicio no era muy bueno pero servía para botar tensiones o calentura acumulada. En el camino, turnaba mi mano con pasar los cambios del auto y jugar con la concha de mi puta esposa, la cual estaba muy mojada. Le pedí que se sacara los calzones, a lo que accedió sin titubear, se notaba que estaba caliente, le pedí que asomara los pezones a través de su escote, a lo que también accedió, así recorrimos el camino al nuestro destino mientras ella me agarraba el paquete. Antes de llegar, decidí pasar a comprar cigarros, más que por las ganas de fumar era para cambiar de puesto, yo había ideado un juego caliente mientras manejaba: Debido a que nuestro voyerismo de la noche me tenía excitado decidí seguir con el juego y aprovechar que mi esposa se estaba mostrando sin recato. La idea era que ella condujese hasta el Drive In y que la persona que nos llegase a atender le viera sus tetas y su conchita y ver su reacción. Cuando bajé del auto a comprar, le pedí que se cambiara de puesto sin bajarse del auto ya que así no se cubriría las tetas tapando sus ricos pezones. Le dije que no tenía ganas de seguir manejando, ¿qué te propones? preguntó riendo, ya verás respondí cerrándole un ojo. Entramos al Drive In por el costado de una casona, antes de estacionarnos vi que en la entrada había dos tipos, uno muy joven y otro relativamente viejo. El último nos indicó con una linterna hacia donde debíamos dirigirnos. Busqué un lugar medio apartado sin vecinos cerca, pero rodeado de muchas plantas. Todos los vehículos estacionados estaban con los vidrios traseros empañados y en algunos se veían siluetas moverse acompasadamente en su interior, lo que me provocó mayor lujuria. Una vez estacionado comenzamos inmediatamente a besarnos y manosearnos, como dije anteriormente, las tetas de mi esposa estaban al aire y su mini no tapaba su pelada concha. Por experiencia sabíamos que la gente que atiende no se demora más de dos minutos en aparecer. Mi corazón latía fuertemente, estaba nervioso pero excitado, en un momento ella me dice que paremos ya que va llegar el garzón, a lo que repliqué que no importaba, que viera lo linda que es mi mujer, entre besos y manoseos ella rió me dijo que estaba loquito, para luego introducir su lengua en mi boca. El corto rato se me hacía eterno, entre el manoseo de su entrepierna y las tetas miraba hacia atrás para ver si aparecía alguien, pero no pasaba nada. De pronto, en el momento que chupaba y mordisqueaba sus grandes pezones, alguien golpeo la puerta trasera del lado del piloto. Miré hacia atrás, y vi una sombra de pie junto a esa puerta, mi esposa quiso taparse instintivamente las tetas y juntar sus piernas pero en voz suave le dije que no lo hiciera a lo que respondió con una sonrisa pícara “bueno amor”. Ella bajó la ventana y el tipo se acercó, nosotros teníamos la luz interior apagada, por lo que imaginé no se vería mucho desde fuera. Yo sólo podía ver en la penumbra parte de su camisa clara y sus pantalones, su rostro no lo podía ver desde mi posición. Aún así algo tiene que haber visto, ya que cuando mi esposa lo saludó él respondió tosiendo de forma notoriamente falsa, estoy seguro que podía ver a lo menos sus tetas. Nos dijo que debíamos pagar una entrada que incluía dos tragos, pedimos dos cervezas. Debíamos pagar por adelantado, por lo que debía hurgar en mi billetera, como estaba oscuro tuve que prender la luz interior, cuando lo hice todos los atributos de mi putita salieron a la vista, ella colaboró enderezándose para que resaltaran ese par de tetas preciosas, el tipo volvió a toser y a rascarse un brazo. Traté de ser lento en sacar la palta para que él pudiera mirar lo más posible. Mi esposa lo miraba de vez en cuando, pero lo mejor fue cuando entre abrió sus piernas, el tipo piso su mano en la puerta junto a mi mujer y con la otra hizo ademán de tocarse el paquete. Nerviosamente extendí un billete, él lo tomó, se quedó unos segundos parado, dijo que ya volvía y luego se fue. Mi esposa me miró con cara de reproche pero riendo y me preguntó que si ahora yo estaba feliz, que en el restauran le mostró su conchita a un pendejo y ahora le muestra todo a un señor que está a sólo un metro, le respondí que estaba muy feliz y muy caliente. Al preguntarle qué cara tenía el tipo, me dijo que abrió los tremendos ojos cuando prendí la luz y que con cara de caliente movió la cabeza para mirar mejor la rajita de la concha, ¿te calentó? pregunté, a lo que responde que desde los manoseos del sushi bar es que está caliente. Pues bien, ahora vamos a seguir con el show, nos vamos a besar y manosear, cuando él llegue le vamos a dar un espectáculo que no olvidará. Enseguida la besé y nuestras manos se descontrolaron, bajé por fin a su calva vagina y comencé a lamer suavemente, sus labios estaban hinchados y su abertura muy jugosa denotando su extrema calentura. Luego subí a besar sus tetas mientras ella luchaba por desabrochar mi pantalón, la ayudé y ella comenzó a hacerme una rica paja, mientras yo pasaba la lengua suavemente por sus pezones, los que a esta altura estaban duros y paraditos. En ningún momento apagamos la luz interior a la espera del tipo, el que según mi esposa debía tener cerca de sesenta años. A los minutos el tipo volvió, ya que sentimos que golpeó la ventana trasera, no hicimos caso y seguimos en lo nuestro, se acercó carraspeando para hacerse escuchar pero nosotros continuamos en lo mismo. Cuando se puso junto a la ventana con una bandeja en las manos sólo mi esposa lo miró, yo seguía con un pezón dentro de la boca y con la otra jugaba con la concha. El tipo emitió una especie de bufido animal y nos miró por alrededor de uno o dos minutos, hasta que dejó la bandeja sobre el techo de auto. Luego con una mano se empezó a tocar sin pudor el paquete, observé a mi esposa quien no paraba de alternar la mirada entre el paquete del tipo y su rústica cara, pareció que en ese momento yo no existía para ella. El desconocido hizo el ademán de tocar un pecho de ella, pero rudamente le dije que no, que solo debía mirar sin tocar. Me llamó la atención que la muy puta no realizó ningún gesto de rechazo a esa mano intrusa. De pronto ella empezó a pajearme de forma dura y me dijo bruscamente “te la voy a chupar”, hice el respaldo de mi asiento para atrás y ella se acomodó para darme placer, como estaba semi sentada, le pedí que parara el culo para que éste quedara frente al tipo. Ahora, desde mi nueva posición podía ver al desconocido, aun que su cara no se veía muy bien ya que estaba fuera del rango de la luz interior. Con el tremendo espectáculo del culo de mi esposa, que estaba desnudo, parado, rasurado y su ano a la vista del tipo, éste no dudó en bajarse el cierre y sacar su miembro. Me llamó la atención su pene, ya que si bien se veía de tamaño normal, la cabeza de éste era desproporcionada y muy blanca. Él comenzó a masturbarse mirando lascivamente el culo de mi puta. Ella al ver que el tipo tenía toda su verga afuera no paraba de mirarlo, es más, cada vez que ella lo miraba éste sacaba la lengua y la sacudía dirigiéndola a su culo, esto nos tenía calientes. El hombre tenía los pantalones a la rodilla y se tocaba entero, se apretaba las bolas, pellizcaba sus pezones, se movía como copulando con mi puta, ponía caras realmente degeneradas. Mi esposa que había estado en silencio mirando al garzón y chupándomela, comenzó a acariciarse los cachetes y a mover las caderas como si la estuvieran fornicando a lo perrito, signo de que ahora quería algo sólido dentro de su concha. Pensé que tal vez la muy caliente quería que se la mandara a guardar el viejo y no yo. De un momento a otro ella se incorpora, se recuesta en su asiento de medio lado, ofreciéndome su culito para que la gozara, pues así hice. Sin dificultad introduje mi pene por su húmeda rendija, emitiendo ella un rico gemido de placer. El personaje seguía en lo suyo pajeándose y blandiendo su cabezón pedazo de pico. Mientras bombeaba la rica concha de mi puta, reparé en que la cara de ella había quedado a la altura de la ventana frente al pajero, por lo que mientras yo se la metía y sacaba, ella gemía y mordía sus labios mirando con lujuria ese miembro a medio metro de distancia. El tipo nuevamente se afirmó de la ventanilla del auto muy cerca de las tetas. Ella le tomo la mano y se la posó en el pecho derecho, esa escena fue tan caliente que mis bombeos fueron más rápidos, me acerqué al hombro de mi esposa para ver mejor cómo le tocaba las tetas. Los dedos del hombre se fueron directo a masajear los pezones, mientras ella gemia y le pedía que le tocara las tetas fuerte, ante esto el desconocido comenzó nuevamente a bufar y a susurrar que estaba rica. Yo estaba sudando muchísimo y me sentía como soñando, como que lo que pasaba no era realidad, estaba gozando como loco, esto era muy distinto a nuestras fantasías, ¿pero hasta dónde podía llegar este acto? Chúpale las tetas a mi esposa le dije roncamente y él sin dudarlo se acercó, mientras la muy puta se acomodó sin oponerse. El tipo pareciera que no lamía unos buenos pechos hacía tiempo, estaba desesperado, mi esposa le pedía suavidad cuando se ponía desesperado. La imagen era calentona, había un tipo desconocido chupando las tetas de mi esposa frente a mí, los rosados pezones de mi amada desaparecían en las fauces de este bruto, el cual dejaba baba por todos lados. En un par de ocasiones el tipo tuvo que escabullirse entremedio de las plantas, ya que pasaban autos con parejas buscando dónde estacionar y así evitar ser visto, escena que imprimía más picardía a nuestro goce. Luego de estar algunos minutos chupando tetas, el tipo se incorpora y comienza a pajearse a pocos centímetros de la cara mi esposa, yo había bajado la intensidad de mis movimiento y observaba a mi esposa, esa verga y su punta mojada con los pensamientos más porno que podía tener y probablemente ella estaba en concordancia con mis fantasías, ya que mojaba sus labios y no paraba de mirar esa velluda masa de carne y sus colgantes bolas de viejo. El bruto comenzó a ensalivar la cabeza de su campeón mientras la cubría y descubría con la mano. El rostro de él estaba enrojecido, de sus sienes canosas corrían gotas de sudor y su rostro estaba desencajado, hasta que con voz temblorosa le pidió que se la “chupara por favor”, reiteró que era limpio y que hace mucho tiempo que nadie se lo hacía, dudé una milésimas de segundo, ella ni siquiera me miró y le dijo suavemente “dámela” abriendo su boca y sacando levemente la lengua. El tipo rústico se acercó pasando su bomberil miembro por la ventana y mi esposa lo recibió con suaves lamidas en la cabeza, mientras él emitía sordos gemidos de placer. La cabeza de ese miembro apenas cabía en la boca de mi esposa, era realmente grande semejante a un huevo y el orificio era también fuera de toda proporción, el cuál parecía que fuera a vomitar semen en cualquier momento. Ahora mi esposa se ayudaba con una mano como si fuera una experta actriz porno y de vez en cuando premiaba mis investidas con húmedos besos. Mi esposa abrió la puerta para facilitar la mamada, a lo que el hombre mayor aprovecho para masajear torpemente la concha penetrada por mí, de vez en cuando yo sentía sus toscos dedos tocar mi resbaloso tronco. Ella en tanto gozaba tremendamente, dado su rostro que expresaba las mil sensaciones que debía sentir, de vez en cuando sacaba el curioso pene del tipo y lo miraba con mucha lujuria como si fuese un trofeo, para luego seguir chupando más fuerte y duro. Nuestro improvisado compañero ya daba claras señales que no resistiría mucho más, sus brazos y piernas estaban tensos y su torvo rostro expresaba que muy pronto se vendría. En poco segundo comenzó a gemir y a reproducir sucias palabras a mi esposa: puta, chupa, maraca, cómetelo, perra, entre otras que no recuerdo. Me acomodé con mi verga aún dentro de ella para ver el espectáculo que sabía debía venir. El rústico se encorvó y sacó su cabezón miembro de la boca de ella, realizó unas cuantas sacudidas a pocos centímetros de la boca emitiendo sordos gemidos, mientras ella golosamente abrió su boca y puso su lengua en posición de recibir leche. Yo en tanto miraba con nerviosismo la escena, me parecía que el extraño glande había adquirido mayores proporciones y su gran ojete se había abierto aún más, de pronto, al igual que si fuese una jeringa comenzó a emitir violentos borbotones de blanquecina y espesa leche, los que iban a parar en la frente, nariz, boca y lengua, su pelo tampoco se salvó. Los chorros no paraban de salir, mientras que la muy puta le pedía que le diera todo el moco. Había visto en películas exageradas corridas, pero me pareció que esta le ganaba a todas ya que cerca de un minuto estuvo expeliendo semen sobre la cara y boca de mi amada puta, mientras ella como podía trataba de atrapar los chorros con su boca. Cuando la bestia acabó por completo, comencé a darle rápidas embestida a la maraca, sin perder detalle de esa tierna carita, empapada de perlina viscosidad que pesadamente se deslizaba hacia su barbilla. Yo estaba que explotaba de placer, mis bolas estaban nuevamente muy cargadas. Retiré mi pene rápidamente, ella se recostó en el asiento y me acomodé para venirme en sus tetas y cuerpo, mientras ella acariciaba mis bolas retiré toda la funda mi campeón hacia atrás y con un sordo gemido comencé a tener el mejor orgasmo de mi vida. Mis chorros si bien no eran tan espesos y abundantes como los de mi antecesor, igual lograron caer en las tetas y cara de mi meretriz. El tipo que aún estaba afuera viendo la escena, se tambaleaba y trataba de subir el pantalón dificultosamente, una espesa gota colgaba de su ahora arrugado miembro. Me acomodé pesadamente en el asiento exhausto, mi esposa no estaba en mejores condiciones y estaba lánguida, su cuerpo brillaba de semen y sus ojos estaban cerrados. El viejo sin decir nada se fue lentamente, tomé la mano de mi esposa que entrelazó a la mía, estuvimos un largo rato sin decir nada, de fondo en la radio se escuchaba everybody´s gonna learn sometimes del grupo Korgis, era el fin de una improvisada noche de sexo extremo.




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maria jose , de zaragoza :
La clase (II)
Me acostó en el suelo,me miró,me sonrió,me besó y fue bajando lentamente hacia miclítoris ,su lengua jugaba en mí de manera tan asombrosa que no podía parar de retorcerme del placer.De pronto paró,dejó de acariciarme y comenzó a bajarse los pantalones al mismo tiempo que contemplaba mi cuerpo semidesnudo y delicadamente entró en mí haciendo movimientos suaves y pausados que iban aunmentando conforme nos mirabamos.Cada vez más y más fuertes nuestros moviemientos que quería gritar pero él no me dio tiempo y me silenció con un fuerte beso,yo arañaba su espalda cubierta por aquel traje que estaba cálido por el calor que desprendía su cuerpo,tiraba de sus cabellos,estrujaba su voluptuoso trasero contra mí,llegando al mismo tiempo a un intenso orgasmo que hizo que nuestros cuerpos quedasen exautos por aquel acto tan apasionado.Lo más hermoso de aquel momento fue cuando él se tendió sobre mí y empezó a escuchar el latido de mi corazón y mi agitada respiración,jugaba con mis cabellos, observaba muy de cerca mi piel y la besaba dulcemente.Y yo,qué podía hacer,sentía satisfacción y felicidad por haber vivido aquel instante que jamás olvidaré.
Cada día me lo encuentro por los pasillos,no nos hablamos, pero nos miramos, nos sonreímos, con aquellos gestos nos decimos lo sufiente:que aquel día fue especial y que ese ardor sigue aún dentro de nosotros



maria jose , de zaragoza :
La clase (I)
Durante clase sumirada se cruzaba con la mía.El deseo de nuestros cuerpos juntarse era intenso,el calor que sentía era indescriptible.
Aquellos ojos me miraban de forma tierna y excitada a la vez,fijos en mí que me impedían hacer mis deberes,esteba nerviosa y caliente.Aún así no me importaba seguirle el juego;no podía creer que ningún alumno se diera cuanta que entre mi profesor y yo saltaban chispas.
Al finalizar la clase se acercó y me dijo que quería hablar sobre un trabajo de literatura,sorprendentemente acepté sin persármelo dos veces y esperé a que la clase estuviera vacía.Por fin estabamos solos,él me habla del trabajo,yo por otro lado, no escuchaba sus palabras sino que me fijaba en el movimiento q hacían sus labios al hablar,mi cuerpo temblaba,tenía mucho,mucho calor y no esperé más para besarlo.Estupefacto se apartó y me dijo q era peligroso y que nos podiamos meter en un lío,pero no me importó y seguí besándolo dándose por vencido y dejándose llevar tan deprisa que decidió tomar el control acorralándome a la pared,besándome,acariciándome por completo.No pude evitar tocar su paquete que estaba duro y excitándome más.Recorría mis pechos por debajo de mi camisa,besaba mi cuello,lo mordía suavemente,bajaba lentamente hacia mis pantalones,el cual quitó rapidamente.Sus manos fuertes acariciaban mi sexo húmedo mientras besaba mi acalorado vientre.Yo apretaba su cabeza contra mí,él sabía lo que quería.En el suelo me miró,me sonrió,me besó y fue bajando con besos hasta mi clítoris,su lengua jugaba en mí de manera tan asombrosa que no paraba de retorcerme de placer.


Lorena , de Madrid :
Arder como el fuego
Cuando entre en casa, un pequeño sendero de velas blancas se abría ante mí. \"Sígueme\" decía en un pequeño papel. Como sí de un juego se tratase cumplí las órdenes. Un millar de velas iluminaban la estancia. La tenue luz de las velas me permitió verle. Estaba tumbado en una colcha, intentando abrir una botella de champán. No tuve que decir nada. Sus ojos se posaron en los míos. Me deslice junto a él. Sus labios firmes y sedosos se posaron en los míos. Con leves caricias me abrió la boca e introdujo su lengua. Poco a poco nuestros cuerpos se acercaban. Sus besos, delicados, lentos y suaves fueron bajando por mi cuello. Deslizó sus manos por mi pecho. Me quitó la camisa y los pantalones. Yo no tarde en responder e hice lo propio con él. Al tocar su piel me quemaba, ardía como fuego. Sus besos cada vez más intensos, se posaban por todo mi cuerpo. Bajó por mi cuello para deslizarse por mi pecho, mi abdomen y mis muslos. Mis piernas se abrieron ante su llegada. Yo ardía por momentos. Sus dedos recorrieron todo mi cuerpo. Sus manos me abrasaban cuando tocaban mis pechos. Buscó mi lengua, mis labios, mis besos. Yo le deseaba tanto como él a mí. En cuanto nuestras miradas se encontraron le sentí. Le sentí tan dentro como nunca le había sentido. Mis piernas se abrieron para dejarle entrar una y otra vez. Rodeé su cadera con mis muslos. Le quería todo para mí. Lo quería cerca de mí, dentro de mí. Perdí el sentido del tiempo, del espacio. Su cuerpo cada vez más caliente, se movía más y más rápido. Entonces, como si de madera se tratase, ardimos.



Relatos Eróticos de Angela

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Vivó en la Ciudad de México, tengo 2 hijos, Andrea de 9 años y Ángel de 7 años, mi esposo, Alberto, un amante del arte y de su trabajo, vivimos normal, como cualquier matrimonio, yo dedicada a mi hogar, mis hijos, mi esposo, siempre para ellos. En las mañana llevo a mis hijos al colegio, regreso a casa, desayuno algo ligero y hago un poco de yoga, aprovechando que mis hijos no están, así pasan todas las mañanas, hasta que el Miércoles, me entero que en la casa de al lado, la han compraron unos recién casados, yo movida por la curiosidad más que por la hospitalidad, voy a saludarlos en la mañana, llego a la puerta, toco el timbre y escucho que dicen “¡voy!”, dejo de tocar el timbre y espero que abran la puerta, era el nuevo vecino, Javier, un hombre alto, cabello negro, barba cerrada, tez blanca y vestía con una camiseta de tirantes, dejando ver un cuerpo atlético, brazos torneados y una cantidad considerable de bellos en el pecho (cosa que en lo personal me fascina en los hombres), saludo con un “hola”, él me contesta de la misma forma, en eso llega su esposa, Lourdes, también alta, cabello negro y muy simpática, les doy la bienvenida al vecindario, ellos me invitan a pasar a la casa, llegamos a la sala, aún desordenada, con cajas en todas partes. -Creo que vengo en un momento inoportuno- dije –Debí esperar a que ustedes se instalaran bien y ya después venir con mi esposo a darles la bienvenida- sonreí Los dos me dijeron que no importaba, que ya habían venido los García a presentarse con ellos y seguro que después vendrían los demás vecinos. Me invitaron a sentarme en el sofá individual, recién desempaquetado, mientras ellos se sentaban en un sillón de dos. -Vecina-dijo Javier- ¿algo de tomar? -Un café, estaría bien, “Vecino”-dije y sonreí de nuevo, tratando de parecer graciosa la palabra “Vecino” En eso, él se paró y se dirigió a la cocina, fue ahí donde preste más atención en lo que llevaba puesto, mi mirada recorrió su cuerpo, traía un short corto con unas sandalias de playa, y la camisa de tirantes, el short dejaba ver sus piernas grandes y fuertes, tenía una espalda fuerte y amplia, pero trate de disimular mi mirada, para no parecer muy obvia enfrente de su esposa. -¿De dónde vienen?-pregunte a mi vecina para tratar de romper el silencio -De Monterrey, llegamos al lunes, pero nos hospedamos con un tío, mientras nos entregaban la casa, así que ayer nos instalamos aquí. -¡ah, ok! y ¿por qué dejaron Monterrey?- pregunte, mientras Javier regresaba con tres tazas de café -Ah, por asuntos de trabajo, decidimos venir a la capital-contesto Javier, mientras depositaba las tazas en una mesa pequeña que se encontraba en el centro. -¿y en que trabajan?-pregunte de nuevo, pero posando mi mirada en él, mientras se sentaba junto a su esposa. Al parecer ella advirtió mi mirada, y me dije estúpida por ser tan obvia, así continuo la charla, durante 30 min. Me despedí de ellos, y los invite esa misma noche a la casa a cenar, ellos aceptaron, entre a mi casa y me enoje conmigo misma, por mi comportamiento enfrente de mis vecinos, pero no podía evitarlo, él tenía algo que mi marido no tenía, algo que me fascinaba, pero trate de borrar ese sentimiento, porque sabía que estaba mal, además tengo hijos y mi marido que los amo demasiado. En la tarde llegan mis hijos del colegio, les doy una comida leve para matar el hambre, mientras cocino para la cena de la noche, pero mientras hacía todo eso, no podía quitarme de la cabeza a Javier, su sonrisa, sus ojos negros todo él, llegue a pensar en cancelar la cena, por temor a seguir siendo obvia ante él o que él malinterprete mi actuación, aunque deseaba muy a mi pesar que así la malinterpretara. Alberto, mi marido llego del trabajo, abrazo a mis hijos, les pregunto cómo les fue en su día en el colegio y después los mando a hacer su tarea, mientras me platicaba su día, fue cuando le dije que teníamos nuevos vecinos, él no tomo la invitación con muchas ganas, estaba cansado, pero acepto después de todo. A las 8, tocaron el timbre, mi marido abrió la puerta y escuche que mi marido preguntaba -¿ustedes son los nuevos vecinos? ¿no? Escuche algunas risas y después salí de la cocina, para recibir a los invitados. Él llevaba un suéter de cuadros azul, debajo una camisa azul y un pantalón de vestir negro, ella un vestido negro y unas zapatillas que me encantaron. Los invitamos a la sala, estuvimos platicando un rato de cosas de la ciudad, les recomendamos lugares turísticos, hasta que mi marido los invita al comedor. Ya servida la cena, yo trataba de mirar a mi invitado sin que mi marido, ni Lourdes se den cuenta, mientras cenábamos, ellos platicando de deportes y Lourdes y yo planeando salir de compras mañana, así termino la cena, al cabo de 2 horas y media, ellos se despidieron. Al irse, Alberto me dijo que le agravada los nuevos vecinos, yo conteste que igual a mí. -Amor, debemos dormirnos ya- me dijo, él susurrándome al odio, cuando Alberto me hacía así era señal de que quería hacer el amor. Le sonreí, aceptando la invitación, le dije que en un momento subía. -Está bien, pero no tardes, porque ya quiero estar contigo- me dijo, soltando una sonrisa cómplice. Al subir, en lugar de ir al cuarto, me dirigí a baño, para “arreglarme”, cuando al asomarme por mi ventana (la cual me da vista hacia el cuarto principal de la casa vecina) veo como Javier posee a Lourdes por atrás, como la agarra, la empuja en contra de la pared, le toma la cintura y la atrae hacia él, con una fuerza brutal, yo veo todo, desde mi ventana, siento que me mojo, veo sus músculos como se endurecen cada que la empuja a la pared, como su trasero se tensa en cada embestida que le daba a ella, veía como ella disfrutaba, disfrutaba como lo hacía Javier, yo lleve mis dedos a mi sexo y empecé a masturbarme, hasta que escuche que Alberto se acercaba, rápidamente cerré ventana y no lo hice esperar. Esa noche Alberto, me hizo sentir como nunca, como él siempre me hace sentir, pero algo no estaba bien dentro de mí, anhelaba estar en el lugar de Lourdes y sentir lo que ella sintió aquella noche que mi VECINO LLEGO… CONTINUARA…..

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Mejor respuesta - Elegida por el usuario que pregunta Llego el verano, la mejor estación del año, la que me gusta. Y después de estudiar todo el año, decidí tomarme unas merecidas vacaciones. Había pensado en irme sola a las montañas, por pocos días, solo una semana. Una experiencia diferente que se convertiría sin dudas en un viaje placentero para mí. Compre un pasaje en autobús, no tenía prisa así que al emprender el viaje todo iba tranquilo era un itinerario de casi 15 horas. Me ubique en la parte de abajo del colectivo, que estaba vacío, todos los pasajeros se ubicaron en la parte de arriba...mejor para mi pensé. Horas después de ir viajando se acerca por las escaleras que divide la cabina del colectivo con el pasaje, un hombre y… que hombre pensé al verlo. Quede impactada. Vestía traje con corbata y una camisa amarilla, era su uniforme de chofer, tenía una piel blanca que me dejo boquiabierta. Me miro, y dijo: - ¿hola como estas? -yo sin pensarlo le respondí - hola todo bien! - no sabía que mas decir, y se sonrió, unos dientes blancos brotaron de esa boca preciosa. Era lindísimo no puede evitar imaginarme besarlo. No dude un segundo en mandar mensajes a mis amigas contándoles del chofer tan sexy que me había tocado...rogaba que volviese y me hablara porque yo no tendría valor de ir y acercarme a entablar una conversación con él. El tiempo paso, ya se hizo de noche, había transcurrido más de 4 horas de aquel saludo, cuando vuelvo a ver acercarse a ese hombre, -claro! lo había olvidado, era la hora de la cena...bendita cena, la cual me acerco mas a él. Me volvió a hablar -como va el viaje – dijo y aproveche para hacerle saber que era un poco largo para estar sola y sin dudarlo me respondió -yo no tendría problemas en hacerte compañía- sí mi corazón parecía salirme del pecho de la emoción, a lo que respondí - me encantaría! Teníamos hasta el amanecer y toda esa parte de abajo del colectivo para nosotros dos, mi imaginación volaba. Empezamos a hablar me contó que estaba en pareja hace 10 años y que tenia 3 hijos, cuando dijo eso no pude evitar que me invadiera una desilusión , pero no me daría por vencida , ese hombre me gustaba mucho y si no aprovechaba esa oportunidad tal vez no lo volvería a ver. Seguimos hablando y las miradas se tornaron más intensas, el deseo era mutuo, no sé como paso, pero en un instante lo tenía cerca mío besándome!...me olvide de todo, por una vez iba a dejar de lado la formalidad para vivir una experiencia nueva...los besos eran más intensos, que rico besaba ese hombre, su lengua era mágica, me besaba el cuello mientras con su mano acariciaba mis piernas, yo me derretía pero no me quede atrás, empecé a acariciar su espalda, su cabello y mutuamente nos empezamos a quitar la ropa, quedamos como dios nos trajo al mundo.... Los besos eran interminables, su lengua empezó a recorrer mi cuerpo, bajo por mis pechos, mi vientre y luego a mi vagina -si sentía morir de placer! su lengua adentro mío, él disfrutaba chuparme toda, haciéndome estremecer...era mi turno, quería probar su pene, se acostó en los asientos, eran grandes....y fui pasando mi lengua desde el cuello sin dejar partes por recorrer hasta llegar a su miembro que estaba bien duro lo lamí desde el tronco hasta el glande, jugando con mi lengua una y otra vez, fui por sus testículos, el gozaba de placer, volví a recorrer todo el largo de su pene y lo introducir en mi boca hasta la garganta,-sabia muy rico- lo metía y sacaba y con mis labios lo succionaba, yo ya no aguantaba más quería que me cogiera y se lo pedí, sin dudarlo me acostó y se subió arriba mío y de un solo golpe me penetro, grite de placer y empezó a moverse, se movía tan bien que no quería que terminara nunca, entre besos y caricias me subí arriba suyo, tenía el control! Con mi mano agarre su pene y lo acerque a mi húmeda vagina que bien se sentía ese trozo de carne, de apoco lo introducir adentro mío y empecé a moverme, metía y sacaba , estábamos súper calientes, estaba por llegar el momento de los dos , cuando me puso de cuatro tomo mi cintura, bajo mi espalda y yo eleve mis glúteos para sentirlo mejor, y empezó a penetrarme nuevamente sin parar una y otra vez, cada vez más fuerte, sentía como sus huevos chocaban contra mi vagina, sí que placer!!! Sentí un fuego correr por mi cuerpo, era un orgasmo más que me dejo esta vez agotada y luego sentí como su semen salía con fuerza de su pene y explotaba en mi interior...fue hermoso quedamos rendidos...linda experiencia, de ahora en mas cada vez que viajo elijo a mi chofer preferido para tener un viaje de placer...

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Dizia um caminhoneiro que mesmo a viagem sendo para o mesmo lugar, ela nunca era igual.Sempre novidades, carros diferentes ultrapassando e sendo ultrapassados, a cada trecho percorrido as mesmas cidades e lugares, alguns comuns outros especiais… Com certeza novidades sempre surgiam e comigo não poderia ser diferente. Cheguei em BH, final de tarde, calor, trânsito caótico do aeroporto ao hotel, mas como nada é duradouro, chegamos no hotel no bairro boêmio de nome Savassi e ali muito cansado me hospedei naquela noite. Logo na entrada fui abordado pelo porteiro do hotel que não perdeu muito tempo em solicitar que eu preenchesse a ficha de identificação dos hospedes. Com a mesma velocidade, porém em tom de voz mais baixo, olhando para os lados se certificando que nenhuma dama se aproximava, sacou de uma gaveta que havia no balcão um catálogo fotográfico, que alguns chamam de “Book”. Era um verdadeiro desfile de lindas garotas de todos os tipos, cores e gostos. Com a mesma voz estremecida e em tom baixo me disse: “tem de todo preço”…. Eu olhei fixamente para aqueles olhos loucos para ganhar sua comissão do agenciamento e disse: “quem sabe mais tarde, mas no momento o que mais irá me satisfazer é um bom banho e depois um prato de sopa. Aqui, quem sabe se ainda sobrar alguma força, com certeza irei solicitar uma dessas princesas do sexo”. Após pegar as chaves do apartamento, fui em direção ao elevador. Não foi surpresa nenhuma que durante o pequeno trajeto entre a portaria e o elevador ele sacasse novamente aquela réplica na revista PLAYBOY. Disse “essa ai faz tudo”, apontando para uma linda morena de aproximadamente 1,70 altura com seios siliconados e uma bunda escultural. Abri apenas um sorriso e agradeci a ele por ter levado minhas malas até a porta do elevador. Apertei o botão que identificava o 10 andar e a porta se fechou lentamente, no pequeno percurso, fui lembrando daquelas imagens que mesmo de forma muito rápida meus olhos ficaram fixados e muitos pensamentos passaram pela minha cabeça. Até porque não era lembranças que deveriam ser apagadas de minha memória tão cedo. A porta do elevador se abriu, havia acabado de chegar perto do meu destino, porém um movimento me chamou atenção. Ao lado do elevador havia uma janela com uma cortina de seda branca e semi transparente. De alguma forma dava uma proteção para que a minha imagem não fosse notada, até porque a iluminação do andar em que eu desci estava apagada e eu não tive nenhum interesse em acende-la… A janela tinha visão de um outro edifício que ficava ao lado do hotel com um número de andares iguais,pareciam duas torres gêmeas. E naquele andar daquela torre um linda jovem totalmente nua, sob uma meia luz,estava deitada em uma cama pequena com um fino lençol. O colchão se confundia com a cor daquela peça. Por alguns instantes fiquei parado sem exatamente saber o que fazer, se deveria continuar ali… Lógico que essa era minha única vontade naquele momento mas e se algum chegasse para pegar ou descesse do elevador o que eu faria? Como ao mesmo tempo abrir mão de uma imagem como aquela? Na dúvida fiquei. Esta imagem me deixou excitado! A noite já começara com a proposta ousada do porteiro… Minha imaginação atravessou o prédio e realmente foi alem das expectativas, pois comecei a notar que ela falava algo em uma determinada direção e ao mesmo tempo se acariciava e começava uma linda e maravilhosa masturbação. Diga-se de passagem: um homem não resiste a uma mulher se acariciando freneticamente. Quando eu já estava perdendo a cabeça e meus lábios secando como já estive andando em um deserto por dias sem encontrar um Oasis, surge uma linda morena, que me fazia lembrar aquela que acabara se ser oferecida por na recepção do hotel. Começa a se despir de uma toalha de banho que cobria seu corpo escultural e num passo de magia deita ao lado daquela outra bela mulher. As caricias foram mutuas, beijos, abraços, passadas de mão, lambidas suaves e ritmadas em ambos os seios, mas ficava claro para mim naquele momento que tudo aquilo era o começo de um longo e delicioso momento de erotismo protagonizado por duas lindas jovens que sabiam exatamente os segredos do sexo entre duas mulheres. Como fazer se aquele momento poderia demorar muito? Como perder aquela cena? Como se conter e não abrir a janela e pedir e implorar para que elas me aceitassem naquele local,mesmo que a cama fosse pequena para dois? O chão poderia ser o limite! Mas o que seria o limite naquela situação? Pensei por um momento (se é que alguém consegue pensar racionalmente alguma coisa naquela hora) mas por um relance imaginei… Se dessa janela é possível ver tudo, imagine se eu pegar um apartamento no mesmo nível de andar dessa torre que estou e ficar de camarote de minha janela vendo tudo?Como explicar ao porteiro que queria mudar de andar e apartamento e que ele fosse daquele lado? Minha fértil imaginação teve que agir rápido e foi o que fiz. Retornei a portaria chamei aquele porteiro e perguntei: “parece que você tem muita vontade de que essas lindas mulheres sejam chamadas pelos hospedes. Acredito que a comissão é muito atrativa,não é?” Ele não vacilou em responder: “claro, senhor. Eu ganho 10%”. Respondi: “façamos assim eu dou 20% e você me troca de apartamento agora”. Negocio fechado! Lá vou eu sem dar muitas explicações… Bem que ele queria, mas não dei chance. A situação era de emergência e exigia rapidez. Nono andar, janela semi-aberta, quarto escuro… me aproximei da janela e lá estava dois corpos entrelaçados. A morena parecia dominar a situação, mas sua parceira por vezes tomava atitude e agia com volúpia e prazer. Corpos totalmente nus, a bunda da morena tipo exportação… esfregava sobre a perna de sua parceira. Claramente ela buscava um orgasmo único, onde seus lábios vaginais se chocavam contra o outro corpo. Eu naquele momento já não me continha e começava uma masturbação frenética também. Aquela cena teve momentos únicos, onde cada uma mostrava para a outra suas habilidades com as mãos e principalmente com a boca. Nunca tinha visto uma chupada tão gostosa e bem feita! Como uma mulher realmente sabia fazer outra chegar ao orgasmo completo! Os sussurros e gemidos não deixavam dúvidas. Tinha que me render àquela situação… Não foram mais de 2 minutos (se é que foi toda essa eternidade para que eu explodisse e gozasse longamente) e do outro lado como numa sinfonia perfeita, elas chegaram também ao orgasmo. Parecia que havíamos combinado. Minutos se passaram e o silencio tomou conta dos dois quartos. Logo depois a luz se acendeu e fomos todos para o chuveiro. Os corpos estavam suados e melados, somente um banho poderia resolver aquela situação. Ao terminar meu banho voltei ao quarto e para minha surpresa elas estavam enroladas em suas toalhas debruçadas na janela e quando eu olhei as duas acenaram com um sinal de até logo e rapidamente fecharam a janela… Eu fiquei ali mais alguns instantes pensando se tudo aquilo que havia acontecido era apenas um sonho de caminhoneiro. Cansado não desci sequer ao restaurante, logo me deitei e dormi. Quando acordei no dia seguinte,me arrumei. O dia seria longo e de muitos compromissos. Desci para o café, abri o elevador na recepção e dei de cara com aquele famoso porteiro que rapidamente me dirigiu um olhar e um breve sorriso. Disse-me: “o café é naquela sala senhor”. Senti algo estranho naquele olhar e da forma que falou, mas como ele se mostrou esquisito todo tempo nada mais me surpreenderia. Dirigi-me a sala de café e como um lobo faminto devorei vários pães, bolos, sucos e tudo mais que havia na minha frente. Ao passar pela portaria ele me ofereceu um serviço de taxi. Como realmente precisava, aceitei. Veio a memória qual seria a comissão, pois já era certo em minha mente que tudo ali era a base da comissão… Quando estava já na frente do hotel ele se postou a meu lado e perguntou: Gostou da amostra grátis? Conto enviado por seguidor do Blog Meus Fetiches

Tuve sexo anal con mi sobrino de 21

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Tengo mucha confianza con mi sobrino su mama es mi mejor amiga y me hizo su madrina de bautizo pero el me llama tia , soy profesora de ingles y desde muy pequeño le di clases hasta la fecha y por esa razon siempre frecuenta mi casa tenemos mucha confianza, me ha contado sus experiencias amorosas incluso sexuales y yo siempre he tratado de aconsejarlo, hace poco me dijo: tia Lili te acuerdas que tu siempre me dices que es mejor intentar alcanzar lo que uno quiere en la vida y no quedarse con la duda, claro le respondí y luego me dijo que me quería proponer algo pero que le prometa que no me molestaría, esta bien le respondí y el me dijo que le gustaba mucho mi trasero, yo me comenze a reír, pense que era una broma porque en la familia me hacen muchas bromas respecto a mi trasero por ser grande, estas bromeando? le pregunte, no hablo enserio respondio muy serio y me dijo que le gustaria tener sexo anal conmigo y que si yo aceptaba el seria el chico mas feliz del mundo, por favor, te lo suplico me dijo. Me dio mucha risa y la verdad que no me parecio tan dificil soy una mujer divorciada con experiencia y si eso lo haría sentir feliz estaba todo bien,ademas lo quiero mucho y me imagino que ya no le importa que le regale carritos de juguete jajajaja, asi que acepte pero le dije que sera un favor y nadie lo tiene que saber y luego le propuse ir a a la habitación, me dijo hay algo mas , que cosa le pregunte, cuando lo hagamos te puedo decir algunas cosas?, que cosas? pregunte, bueno algunas cosas fuertes me gustaria llamarte culona y quiero que tu me digas: rompele el culo a tu tia, jajajajja ok le dije, Mientras lo hacíamos le dije lo que me pidió y se volvió loco y la verdad el no fue nada delicado propio de su edad, me dolió mucho pero a el no parecía importarle lo único que quería era satisfacerse, a mis 47 conozco bien a los hombres y este chico parece que quería tratar duro a su tía, no paraba de llamarme culona en tono euforico,bueno era su fantasia y yo se se la cumpli, cuando termino me lleno de besos y me dio las gracias y a mi me encanto hacerlo feliz, le conté esto a una amiga y me dijo que estaba muy mal y que yo me había comportado como una golfa y que era una falta de respeto para mi amiga, ademas me dijo que yo necesitaba ayuda profesional.

Fetichista de los olores más íntimos de la mujer.

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Nekane, 100x100 naturales

De siempre me había gustado practicar el sexo oral porque me producía un gran morbo los olores más íntimos de la mujer…Como poco a poco comienzas besando el cuerpo perfumado de una mujer para terminar besando su coño donde se pierde todo perfume. Sin embargo a mi mujer no le gustaba practicar el sexo oral, por lo que no tenía oportunidad de satisfacer mi fetiche. Quizás por eso, cada vez fantaseaba más con el tema, al principio mis fantasías se limitaban al olor y sabor del coño pero poco a poco comencé a fantasear con poder lamer también sus pies, su culo, sus tetas… Se me olvido decirles que soy un hombre casado de 38 años, mi mujer es delgadita y bastante atractiva pero la monotonía nos ha llevado a practicar sexo de manera ocasional y de forma muy tradicional (postura del misionero y poco más). Un día de la manera más casual el destino quiso que llegara mi gran oportunidad: Llegue a casa antes de lo previsto, abrí la puerta pensando que no había nadie y enseguida me di cuenta que estaba Sofía, era la chica de la limpieza. Una chica joven, de unos 27 años, rellenita, con un gran culo y unas grandes tetas que aunque no era excesivamente guapa su juventud la hacía atractiva. Solía venir una o dos veces a la semana para realizar las tareas domesticas. Abrí la puerta dije buenos días para que no le asustara de mi llegada y fui directo a mi cuarto para cambiarme…de repente cuando abrí la puerta del cuarto vi a Sofía delante del espejo, vestida con unos de los vestidos de fiesta de mi mujer, con sus zapatos y con sus joyas. Al sorprenderla se puso roja y se quedo totalmente inmóvil plantada en medio de la habitación, sin decir nada. Yo que también estaba sorprendido, iba a comenzar a gritarle cuando me di cuenta de lo morbosa que era la situación, llevaba puesto un vestido de fiesta de mi mujer con un gran escote y trasparencias en la espalda, como no era su talla, el escote casi no podía contener sus tetas y por detrás se le marcaban todas sus curvas. Tenía que échale la bronca porque realmente estaba mal que tocara nuestras cosas, pero enseguida me di cuenta que en ningún momento pensaba llevárselas, solo quería probarse un vestido: -Le recrimine, que haces con esa ropa? Dónde vas con eso? -Perdona perdona, no quería hacer nada, estaba planchando este vestido y me pareció muy bonito y únicamente quise probármelo. -Pues no se qué pesara mi mujer de que te pongas su ropa y sus joyas. -Por favor no se lo digas, haré cualquier cosa, como se entere ella, no volverá a contratarme, por favor decía entre sollozos y me repetía una y otra vez haría cualquier cosa… -Dices que harás cualquier cosa??? -Si de verdad haré cualquier cosa. Mi cabeza iba a mil, y ella creo que se dio cuenta de mis intenciones, porque enseguida me dijo: -Bueno cualquier cosa no se? Yo solo quería probarme el vestido. Que quieres que haga? -No te preocupes, lo que te voy a pedir es muy fácil, solo quiero que te quites el vestido, para que pueda verte desnuda. Ella empezó a denudarse…enseguida quedaron al descubierto sus grandes tetas, después sus grandes caderas,…y por ultimo su tanguita, que era tan diminuto que no tapaba ni su gran culo, ni su coño lleno de bello. Sin tener que decir nada se quito también el tanguita y quedo totalmente desnuda. -Ya esta así está bien? Me pregunto. -Si así está bien, ahora túmbate en la cama. -Pero ha dicho que solo tenía que desnudarme, sabes que no iba a llévame el vestido. -Tranquila túmbate en la cama, no quiero hacer lo que piensas, yo estoy vestido y no voy a desnudarme. Al decirle eso se tranquilizo y se tumbo en la cama, le dije que cerrara los ojos y que confiara en mi, así lo hizo, para entonces yo ya estaba totalmente empalmado. Comencé acariciando sus pies y besándolos, ella se estremeció, pero ni si quiera abrió los ojos, comencé a chuparlos, estaban sudados, se notaba que había estado trabajando contrariamente a lo que pensaba ese olor y sabor salado todavía me excito más. Estaba fuera de mi. Poco a poco fui subiendo por sus piernas, las besaba, las lamia y poco a poco intentaba que Sofia se tranquilizara, ahora ella parecía mucho más relajada, creo que estaba empezando a disfrutar de la situación. Cuando llegue a la altura de su coño, ella misma había abierto sus piernas, me lace sobre él y comencé a lamerlo, estaba mojado por la excitación, su sabor era muy fuerte, nunca había olido aquellos aromas, estaba claro que aquel día no se había duchado, pero no me importaba, todo lo contrario. Ella se estremecía y comenzó a gemir y pedir más y más…yo chupaba su clítoris sin parar, de vez en cuando daba algún chupetón recorriendo todo su coño y parando justo donde comienza el culo, creo que llego a correrse, porque note gran cantidad de flujos en mi boca…seguí subiendo y chupe sus tetas, eran enormes, bese su cuello y finalmente nos fundimos en gran beso. Era mi gran oportunidad, sabía que Sofía jamás diría nada, así que le di la vuelta y comencé a besar su nuca, mordí su espalda y poco a poco fui bajando hasta sus nalgas…al llegar al culo ella quiso resistirte levemente, me dijo que parara que estaba sucio, pero había llegado hasta allí y mi intención no era esa. Abrí sus nalgas y enseguida sentí un olor muy fuerte diferente a todo lo que había olido hasta entonces, sin pensarlo comencé a chuparlo. Al principio tuve una sensación de asco pero pronto volvió en placer, mi polla estaba a punto de reventar. Sofía se movía y gemía, no paraba, estaba excitadísima se dio la vuelta y grito: -Follame por favor, métemela no puedo más!!! La situación era de un morbo total, yo iba a estallar pero le dije que no, me levante y me fui directo al baño donde explote de placer, al salir ella ya se había vestido, me acerque y le dije: -No te preocupes no le diré nada a mi mujer del vestido. Ella solo sonreía. Por la noche, no podía dejar de pensar en ella, en su culo, en su coño, en sus pies sudados…estaba tan excitado que tuve que volver al baño a desahogarme. Mi excitación salto por los aires, cuando me llego un wasap, que decía: -Gracias por lo de esta tarde, nunca me habían chupado así. -Me he vuelto a pajear, necesito que me dejes lamerte otra vez. -Ja ja ja eres un guarro pero me ha encantado. Sera nuestro secreto, tranquilo no se lo diré a tu mujer. Ahora estaba en sus manos, Continuara… “Chicas espero que a vosotras también os haya gustado podéis enviarme vuestra opinión mundoriki77@gmail.com”

Me folle al polvo de mi amiga

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Abella: La batidora cubana


Hola de nuevo, la verdad es que le he pillado el gusto a relatar las experiencias sexuales que he tenido en mi vida, ya que al recordarlas y plasmarlas por escrito, me hacen revivir ese momento tan placentero y me ponen bastante caliente. A eso le sumo el compartirlo con vosotros, que hace que le de un “plus” más de sensualidad a la cosa. La historia ocurrió en Málaga capital hace unos 4 años cuando contaba con 26. Mi amiga Vanessa conoció en una de sus salidas con sus amigas de trabajo, a un grupo de chicos con los que comenzaron a coincidir bastante y con los que tenían una relación muy buena. Pero como suelen pasar las cosas, en una de las noches de marcha y cachondeo, se lió con uno de los chicos y estuvo quedando en varias ocasiones. Como era tradición (y sigue siéndolo), todas las amigas quedamos por norma los viernes por la tarde en una cafetería para tomarnos algo fresquito y maquinar lo que nos gusta hacer, cumpleaños de alguna, salidas de marcha, barbacoas… y en ocasiones vienen los novios y en otras no. Pues en una ocasión en la que no vinieron nuestras parejas (por aquel entonces yo estaba soltera), nos contó cosas de este chico: Que si era muy guapo, simpático, caliente, etc… pero siempre repetía lo mismo: “Tiene una polla enorme”, “esta muy bien dotado”, “No me entra entera”…etc… y eso a nosotras nos hace mucha gracia. A las pocas semanas, hubo uno de esos sabados en los que cada amiga se iba a cenar con su chico y no había mucho plan para salir y me llamó mi amiga Vanessa para dar una vuelta ya que ella tampoco tenía plan. Sus amigas del trabajo no salían y era una primavera muy suave y apetecía pegarse una marcha. Acepté ir con ella y me preguntó si había algún problema en avisar a estos chicos de que andábamos por el centro… y por supuesto no me importó. Vanessa es una chica bastante abierta y liberal, de hecho, estuvo 8 meses liada con una chica y no tiene reparo ninguno en acostarse con un chico que le guste en una noche. Yo soy bastante liberal, aunque no llego a su nivel, pero si me gusta el rollo de tontear y sentir que atraigo a los chicos. Quedamos a las 21h en su casa y nos fuimos en mi coche al centro. Aparcamos y nos fuimos a tapear algo antes de irnos de copas. La zona estaba bastante animada y los bares de tapas estaban hasta arriba, pero eso para nosotros tiene su encanto. Sobre las 23h nos dirigimos a una plaza donde hay muchos bares alrededor y nos pedimos la primera copa. Al ser una noche tan agradable, todo el mundo estaba en la plaza bebiendo y alternando con el resto, y aparecieron estos chicos. Vinieron 4 y la verdad es que no había ninguno feo… todos eran los típicos chicos de 25-30 que se cuidan en el gimnasio, se arreglan de manera informal pero con clase para salir y de un nivel intelectual por encima de la media. Vanessa iba con un vestido negro ajustado, pero no en exceso, que marcaba sus curvas y con unos tacones de unos 5 cm (no excesivamente altos) y sin mucho escote. Yo por el contrario iba con unos vaqueros claros ajustados, unos zapatos de cuña y una camisa negra transparente muy fina, y un sujetador negro. En esa época andaba algo más delgada que ahora, pero el pantalón marcaba bien mi culo respingon, y mi pecho soportaba bien mi talla 90. Tras un rato tomando copas en la plaza, dieron cerca de las 1 de la mañana y surgió el plan de irnos a los chiringuitos de la costa que abrían ese mismo día para temporada estival, y como tenían estos chicos los coches al lado de la plaza donde estábamos, decidimos irnos. Vanessa y yo nos fuimos en el coche con Pedro (el chico con el que ha echado los polvos) y Marcos. En el camino hacia el coche le dije que Pedro era el que más me gustaba y ella me dijo que me lanzara… que era fácil, pero a mi me daba apuro ya que se lo había follado ella y no me gusta mezclar. Pero Vanessa es especial y para ella, eso no es importante… de hecho, estaba liada con otro chico ya de otro grupo que regentaba. Llegamos a la costa y nos dirigimos a uno de los chiringuitos más ambientados donde ponían “house” y nos pedimos una copa en la barra. Ya estaba bastante contenta porque llevaba 3, más las copas de vino y cervezas que me había tomado en la cena y estaba bastante deshinibida. Pedro parece que se dio cuenta y se acercó a bailar conmigo. Estaba muy bueno y era muy divertido, pero a los pocos minutos mi vejiga iba a explotar y le dije que iba al baño, y me acompañó. La cola era enorme y no aguantaba, por lo que me dijo que nos fueramos al parking que había delante del chiringuito que era oscuro y entre los montones de coches aparcados, habría hueco… y le cogí de la mano y nos fuimos. Al cruzar la carretera empezamos a buscar un sitio apartado donde poder quitarme la presión (y él también) y que no hubiera mirones y nos fuimos al final cerca de unas cañas. Allí le pedí que se quedara tras uno de los coches y me desabroché el pantalón. Cuando me lo comencé a bajar me di cuenta que miraba a través de los cristales y me vió perfectamente el tangay como me lo bajaba antes de agacharme, pero me dio igual… mas bien, me gustó… cuando terminé, me di cuenta que él empezaba a desabrocharse y me dijo tras el coche: “Ya aprovecho yo” y sin más preámbulo, se la sacó y pude vérsela perfectamente porque le daba la luz a él y yo estaba en zona de sombra. Para estar en reposo, me quedé algo extrañada porque el tamaño era importante, y su capullo me impresionó ya que parecía que estaba en erección, pero no era así. Él sabía perfectamente que iba a mirar, no soy tonta, pero rápidamente aparté la mirada y le esperé un poco más adelante. Ya juntos y caminando hacia el chiringuito, se sacó el paquete de cigarros y me ofreció uno. Apoyados en un coche nos lo encendimos y entre calada y calada hablamos de Vanessa… de que le caía muy bien, de que era muy simpática, y le dije yo: “Y te lo has pasado bien con ella”… y se quedó cortado!!! y me dio la risa tonta; le expliqué que no sólo son los hombres los que hablan de sus conquistas cuando están juntos, y que nosotras también lo hacíamos. Me preguntó si hablaba bien de él y le dije que regular, que tenía mas placer con otros y eso le tocó el orgullo… jejeje. Le dije que era broma y me dijo que ya lo sabía porque él se consideraba muy bueno, a lo que yo le respondí: - Muy bueno.. ¿donde? - En la cama… ninguna se ha quejado. - nosotras fingimos muy bien -le contesté- _ ¿Si? pues dimelo por ti misma. Y me besó… Se pegó a mi y comenzó a comerme la boca mientras sus manos se apoyaban en mi cadera y espalda… Me gustó… y mis manos se apoyaron en sus caderas y no paramos… Estabamos cachondos… y él bajó su mano a mi culo y me lo agarró, pero se la volví a poner en la cadera… Eso les pone aún más, pero el cabrón me sonrió mientras me besaba y volvió a bajarla y ya no se la quité… estaba mojándome y quería más pero no era el sitio, y me dijo: “Estoy malo desde que te he visto agachada tras el coche” y le dije: “¿Me has visto?”… a lo que me contestó: “No he podido evitar el mirarte agachada a través del cristal del coche… ese culo es difícil de no tener la tentación de mirarlo”…. Eso me puso un poco más, pero yo no le dije nada de lo que vi… pero le contesté: “aquí hay mucha gente”, y me soltó la frase definitiva: “vámonos a un local que tengo en Málaga que allí estaremos más comodos. Yo le digo a Marcos que me llevo su coche y que se vayan con Raúl… que caben todos en el coche”…. Accedí y le esperé fuera. Ya dentro del coche comenzamos a liarnos y no tardamos en salir pitando hacia el local. En el camino pude mirarle el paquete y se notaba claramente su excitación ya que tenía un bulto considerable hacia uno de sus lados y eso me puso burra…pero aguanté la tentación de tocar. Al llegar a su local pude ver que era la parte de arriba de un garaje donde su hermano guardaba varias motos y que tenían acondicionado con una escalera y un altillo con un par de sillones, tele, nevera, canal plus…etc… un sitio donde se reunía con sus amigos a ver futbol y demás. Estaba todo muy limpio y ordenado, y se estaba muy bien…el lugar ideal para echar un polvo libre de las miradas de la gente. Allí nos sentamos y le pregunté si en ese sillón se había follado a Vanessa, y me señaló el otro!!! y comenzamos a besarnos… estábamos uno al lado del otro y su mano encontró mi pecho derecho mientras mi mano se metía debajo de su camiseta para acariciarle el pecho. Sus manos eran hábiles ya que desabrochaba poco a poco los botones de mi camisa para dejarme al aire el torso a falta del sujetador… cuando terminó con el último botón, me puse a horcajadas encima de él a la vez que me quitaba los zapatos, y me quité la camisa. Mientras mis manos hacían una cola para recogerme el pelo, hábilmente me desabrochó el sujetador y dejó al aire mis tetas, las cuales no tardaron ni medio segundo en ponerse los pezones bien duros porque empezó a chupármelos suavemente. Y le rodeé el cuello con mis brazos… Mis pezones son la llave para follarme, ya que me ponen muy caliente que me los besen bien… y este chico estaba dando en el clavo, tanto, que comencé a mover mis caderas rozándome con su paquete y mi nivel de excitación era máximo… le quité la camiseta y le dije que se pusiera de pié. Una vez yo sentada en el sillón y él enfrente mía, le desabroché el cinturón, le abrí los botones y se quitó el pantalón completamente. Llevaba unos boxers negros con un gran bulto y se lo bajé… Su polla salió con fuerza y era gigante (Vanessa se quedó corta al describirla, o quizás yo no me lo creí demasiado), mi sorpresa fue mayúscula y le dije que me daba miedo!!! Era ligeramente curvada hacia arriba, muy gruesa, sin circuncidar… para que os hagáis una idea unos 22/23 cm pero bien ancha… sus huevos eran grandes y colgaban a juego con su aparato… estaba sin depilar, pero con el pelo recortado, como a mi me gusta… y le aparté la polla hacia arriba y empecé a lamerle los huevos, succionándole suavemente… metiéndome gran parte en mi boca… así estuve un rato hasta que le cogía la base de la polla y me metí suavemente el enorme capullo en mi boca… con mucha saliva se lo saboreé.. Pedro no era tonto y se dio cuenta que mis pezones eran la llave para ponerme más perra y me los acariciaba mientras se la comía… y mi ritmo aceleraba y paraba…aceleraba y paraba… no podía metérmela entera en la boca pero lo suficiente como para que perdiera la razón… así un rato… y me agarró de un brazo para ponerme de pie. Allí los dos empezamos a liarnos mientras sus dedos abrían mis vaqueros, y yo le ayudaba a bajarlos… estábamos a mil… me quite el pantalón y ya sólo quedaba el tanga que me lo quitó a la vez que me tumbaba en el sillón y me abría las piernas mientras su boca se acercaba a mi coño… y se lo metió en la boca… mi coño estaba recién depilado pero con su trocito de pelo recortado en plan brasileño… y me lo comió… su saliva se mezcló con mi flujo ya que estaba super mojada… y me volvía loca… mis manos acariciaban su cabeza, mientras mis piernas estaban bien abiertas y su lengua saboreaba mi clítoris con bastante arte… estaba a punto de correrme… y subió para volver a besarme las tetas y mi boca… Mientras estaba en esa posición, sus manos buscaban su cartera y cogió un condón… Cuando lo tenía en sus manos, se lo quité y lo senté en el sillón poniéndome de rodillas en el suelo ante él… Mientras mis manos abrían el paquete, mi boca saboreaba su capullo succionándolo para que se pusiera lo más duro posible, y le coloqué el condón en su enorme polla estirándolo hasta la base. Una vez puesto, me subí en él y mientras nos besábamos y mis manos cogían su cuello, mi movimiento de caderas puso su polla en la entrada de mi coño y suavemente me senté en ella. Lentamente sentía como su enorme polla apretaban las paredes de mi sexo e incrementé el ritmo.. hasta que sus manos me apretaron fuerte el culo y empecé a cabalgar como una loca… llegando al orgasmo muy pronto… pero sin parar de subir y bajar… a un buen ritmo… él estaba gimiendo mucho pero me dijo: “levántate y ponte a de espaldas”… así hice, me levanté y cuando me dirigía a tumbarme en el sillón, me lo impidió y me reclinó hacia la pared para que me apoyara en ella de pie, a lo que le dije: “un momento”… me acerqué a las cuñas, me las puse y ya estaba mejor preparada para que me follara por detrás ya que esos zapatos me suben el culo y lo hacen mas respingon. Me apoyé en la pared, saqué el culo con las piernas abiertas y bien estiradas y su polla entro como un tren… sus manos apretaban bien mis caderas mientras su polla embestía mi coño… el alcohol provoca a veces que se retrase el orgasmo de los chicos, pero este se veía que controlaba… y seguía follandome hasta que tuvo el impulso de acariciar con su dedo pulgar la entrada de mi culo y di un pequeño salto… y abrí más las piernas… Pedro se dio cuenta que me gustaba y se mojó el dedo y comenzó a meterlo en mi culo mientras me follaba… y comenzaba a perder la conciencia del placer… y seguía… hasta que me pregunto: “¿Te gusta por detrás?” y le dije que si… por lo que la sacó para meterla y me incorporé y le dije que de pie no… Me tumbé en el sillón y abrí mis piernas para que se acercara… se puso de rodillas frente a mi y dirigió la polla hacia mi culo.. empezó a apretar para meterla, pero no resultaba fácil… tras el rato que llevábamos follando, el condón andaba algo seco y nos extrañó bastante… pero no tenía mas y se lo quité.. con la polla al natural se la “ensalivó” en la punta y se dispuso a meterla de nuevo, encontrando su recompensa… la metía poco a poco pero segura, aunque con el diámetro que tenía, estaba sintiendo placer y dolor al mismo tiempo hasta que comencé a acariciarme el clítoris… él empezó a sacarla y meterla y sentí como estaba totalmente dilatada… y comencé a gemir más alto… y él a follarme con mas ritmo mientras mis dedos acariciaban mi clítoris… y llegué a un orgasmo aún mas intenso que el anterior.. fue demasiado intenso… pero Pedro aún no paraba y sus gotas de sudor ya caían por su pecho… y me dijo: ” Me corro… me corro” a lo que le contesté: “Sacala! no te corras dentro!” y la sacó, me la acercó y la agarré con fuerza y la empecé a sacudir hasta que explotó con un baño de semen en mis tetas…. Fue un polvazo buenísimo y lo pasamos genial… Nos limpiamos con servilletas que tenia allí ya que no había baño, nos vestimos y nos encendimos un cigarro. Me confesó en ese momento que era la primera vez que se follaba a una chica por el culo y le felicité porque lo había hecho muy bien y con suavidad… me había dejado reventada pero el placer lo había compensado todo. Como un buen caballero me llevó a mi coche en el centro de Málaga y nos despedimos. Volvimos a vernos en un par de ocasiones más en su local y repetimos todo lo que hicimos, pero terminamos de vernos porque ambos empezamos relaciones. Por si algunos estabais pensándolo… Sí, en la siguiente reunión de todas las amigas les conté todo lo que pasó (sin detalles) y pude corroborar lo del tamaño del chico… desde entonces, algunas veces en nuestras reuniones aparece el nombre del “chico caballo”… jejeje Un beso a todos y espero que os haya gustado
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